Precauciones que debemos tener en el mar
Un universo fascinante, pero no hay que olvidar ciertas precauciones que debemos tener en el mar para tener una práctica de buceo segura.
Nos fascinamos con su magnificencia, su oleaje nos hipnotiza y, ante la primera insinuación, vamos a su encuentro. Para gran parte de los humanos, el océano es una atracción constante, así como un gran misterio que anhelamos develar. Sin embargo, también tienen sus peligros y ante ellos hay que tener precauciones, especialmente si se practica el buceo.
Afrontar los peligros que presenta el mar requiere de conciencia y precaución; conocer el entorno en el que se realizará cada inmersión, el tipo de corrientes posibles, la fauna que habita esas aguas y los requerimientos técnicos. Claro que también es prudente contar con una certificación oficial que acredite nuestras capacidades en el buceo.
Igualmente, no olvidemos que somos invitados a una casa habitada por amplia diversidad de seres: el respeto, la falta de agresividad y el hábito de no tocarlo todo, son los buenos modales que todo submarinista debe practicar.
Precauciones que debemos tener en el mar
La vida misma ya es un riesgo, pero disfrutar del buceo es mucho más seguro de lo que se cree. El buceo, practicado por personas correctamente formadas y certificadas, usando el equipo adecuadamente, ha demostrado estadísticamente no ser en absoluto una actividad de riesgo.
Sin embargo, el mar también puede ser impredecible en ciertos momentos, para evitar posibles riesgos que supone una inmersión, te contaremos algunas de las precauciones que hay que tomar.
No siempre bucearemos en aguas tranquilas, hay varios factores que debemos tomar en cuenta: el clima, corrientes marinas, profundidades, fauna marina, entre otras.
Las corrientes
Uno de los factores de mayor riesgo, que determina cualquier inmersión, está en las corrientes con las que podremos encontrarnos. Se debe contar con una buena planificación, el equipo adecuado y saber cómo enfrentar cada situación.
Con el mal tiempo, el fenómeno conocido como mar de fondo suele ser habitual, éste puede esconder importantes peligros. Los movimientos propios que produce este fenómeno pueden sorprender y desequilibrarnos, por lo que, si no estamos sobre aviso, podemos afrontar un verdadero riesgo.
El mar de fondo suele enmascarar a las conocidas como corrientes de fondo, cuya dirección y fuerza resulta, por tanto, muy difícil de calcular.
En el océano, la rotación de la tierra y el viento producen grandes corrientes oceánicas que fluyen prácticamente sin parar, aquí se debe conocer bien técnicas de buceo en corrientes para sortearlas con seguridad.
En algunas zonas se pueden dar las llamadas corrientes costeras, causadas por las olas. Son temporales y fluyen paralelas a la costa, haciendo posible el buceo en corrientes desde un barco o entrando al agua desde la orilla.
Las corrientes superficiales, por otro lado, están influenciadas por el viento, y suelen ser más virulentas en las zonas cercanas a la costa. Pero más peligroso serán las corrientes de succión, frecuentes en túneles o cañones. Éstas pueden llegar a ser tan fuertes que incluso podrían arrancarnos la máscara.
Si no se puede nadar contra una corriente, no hay que intentar luchar contra ella.
Bucear con mal tiempo
Si la avidez por bucear es mucha, el clima no es un limitante para el buceador experto, bucear con mal tiempo puede ser una experiencia realmente extraordinaria, siempre y cuando se respeten las reglas básicas de la prudencia, puesto que los riesgos naturales pueden aumentar con el mal clima, de una forma notable. Asimismo, no olvidemos que el mal clima puede generar mal de fondo.
Nos deberemos informar previamente de los vientos y efectos que tiene en la zona donde vamos a practicar el deporte.
Además, con el mal tiempo la fauna marina está mucho más viva y eso supone un espectáculo único. Efectivamente, con la mar agitada el alimento es mucho más abundante y eso provoca un auténtico revuelo entre los habitantes de las profundidades, quienes además se mostrarán mucho menos asustadizos en los lugares más agitados. Así el mal tiempo nos ofrece la oportunidad de ver como se alimentan muchas especies sin dejar de ser un riesgo.
Fauna marina
Una regla básica del mar es “no tocar”. También lo es no agredir a sus habitantes, ya sea de forma intencionada o accidentalmente. Como en el caso de cualquiera animal, la fauna marina podría responder agresivamente.
La fauna puede ser muy variada y peligrosa. Para convivir armoniosamente con ella bajo el agua, hemos de vigilar el contacto directo, ya que pueden algunas especies pueden segregar sustancias ponzoñosas o alergénicas.
Debemos movernos sigilosamente, evitando movimientos bruscos, para no tener una respuesta agresiva de otros animales como la raya, tiburones, etc. Igualmente, hay peces venenosos ante los que hay que ser precavidos. A toda razón hay que evitar posibles mordeduras, picaduras o ataques.
Riesgos geológicos
Los peligros geológicos que pueden exponernos los túneles, rocas y acantilados. Para los túneles es mejor llevar un cabo guía para facilitar el retorno, con los acantilados vigilar mucho las mareas y con las rocas, debemos llevar el material de deporte adecuado, ya que podemos encontrarnos con muchos problemas (llevar guantes especiales, un traje de neopreno en buen estado, reguladores etc.).
Causa humana
En el mar hay secuelas de la presencia humana, y ello puede también representar un riesgo a prever. Los peligros causados por el hombre pueden ser las redes de pesca y artilugios varios para esta práctica. Evitar embarcaciones hundidas, tener mucho cuidado con las tuberías o planchas que el mar puede haber dejado más afiladas y pueden ser muy cortantes.
En todo caso, procúrate una práctica segura a través de la capacitación constante y asumiendo el autocuidado como premisa fundamental del buceo.