Bucear

Bucear y viajar, todo es empezar 

Bucear y viajar, todo es empezar es un recorrido por aquellas cosas que cambian en nuestra vida cuando iniciamos nuestra práctica bajo el agua.  

Viajar, dice el poeta, es regresar; pero de otra manera, siendo otros. Los viajes, por breves que sean, nos transforman. Bucear tiene efectos similares, pues aun cuando nuestra práctica sea cerca de casa, el mundo subacuático nos brinda una experiencia renovadora 

Bucear y viajar van de la mano; hay en este deporte una ambición por descubrir nuevas aguas y ello nos lleva a otros lugares, a veces distantes, asombrosos, inesperados. Esta mancuerna, doblemente poderosa, nos cambia para siempre.  

Bucear y viajar, todo es empezar 

Cuando se aprende a bucear, lo mismo que cuando se le toma gusto al camino, basta el primer paso para no querer parar. El gozo que se siente al combinar ambas actividades se potencializa al grado de volvernos adictos.  

Si bien no acabamos de volver de un viaje de buceo, ya estaremos planeando el siguiente. De inmediato estaremos consultando el mapamundi para encontrar destinos para bucear con más frecuencia.  

Intentaremos aprovechar cualquier día de asueto, unas vacaciones o un fin de semana para lograr la escapada perfecta. Y para ello, baste pensar que el 70% del planeta es agua, donde hay muchos lugares “apetitosos” para los buceadores.  

Después de convertirse en buceador, uno siempre buscará incluir el buceo en cada viaje. Y si el viaje familiar o con amigos no incluye donde poder hacerlo, inmediatamente nos invadirá la frustración y querremos cambiar de planes.  

Aventuras en agua y tierra 

Cuando buceamos, nos abrimos a la aventura; lo mismo en el agua o en la superficie, igual nos hacemos más valientes. Si se pueden resolver problemas bajo el agua con un poco de tensión, cualquier problema en tierra se hace más fácil de superar.  

Este camino elegido nos dispone a disfrutar más de la vida. No sólo se trata de experimentar dentro del agua, también lo haremos probando nuevos alimentos, nuevos lugares y nuevas personas.  

Abrirnos a la vida 

El buceo nos permite abrirnos a la vida. 

Tras comenzar a bucear, se aprecia más estar vivos solo para poder ver lo asombroso que es el mundo submarino. Seremos capaces de disfrutar cada momento del viaje bajo el agua, pero también de la vida en general.  

Sin embargo, también somos más conscientes de lo inmenso que es el mundo submarino y que toda una vida no es suficiente para verlo todo. Uno quisiera vivir más.  

Un poco más sanos 

Esta sensación de querer vivir más para explorar gran parte del mundo, buceando, suelen generar un efecto positivo en nuestros hábitos de vida.  

Un buzo, que además viaja tanto, requiere mucha energía, así que requiere mantenerse en forma, alimentarse mejor, hidratarse apropiadamente y mantener una mente alerta y despejada. Poco a poco uno va notando que sus elecciones cotidianas se van inclinando hacia algo más saludable. 

Cuidando el medio ambiente  

Y como habíamos dicho antes, no sólo tenemos consciencia de cuidar nuestra vida, sino también la de esos ecosistemas que hemos de visitar. Nos hacemos partícipes de su cuidado.  

Tan pronto como uno comienza a bucear se da cuenta de cuánto depende la vida marina de las acciones humanas y cuánto necesitamos salvar al océano, respectando y protegiendo el entorno que nos rodea, no sólo las aguas y sus habitantes. Comenzamos a pensar en el mundo como un todo que hay que preservar.  

Viajar ligero 

Sí debemos cargar con los tanques de buceo, es preferible aprender a viajar ligero. En la vida y en el buceo vamos requiriendo que todo sea más liviano o menos complicado.  

Tan pronto como se tiene equipo propio nos vemos obligados a empacar ligero para evitar cargos aeroportuarios por exceso de equipaje. En poco tiempo se aprende a empacar como un profesional y ser más selectivo, eligiendo lo que realmente se requiere llevar al viaje. Claro, el equipo de buceo será la prioridad.  

Y si se puede meter menos cosas en la maleta, también se puede vivir con menos consumo, con menos personas tóxicas, con menos problemas inventados en nuestra mente.  

Los viajes ilustran 

Para aprovechar cada minuto del viaje, y poder hacer un descenso seguro y exitoso, se requiere un plan de buceo. No puede hacerse sin conocer lo que posiblemente se topará uno abajo: especies animales, corrientes, precios, etc.  

Igualmente, cuando viajamos llevamos un plan, lugares que visitar, idioma, moneda y sitios de gran atractivo cultural e histórico. Aquí se cumple doblemente la premisa los viajes ilustran, pues tanto conocemos lo que la localidad nos brinda para conocer, como lo que hay bajo las aguas. 

No cabe duda de que una de las mejores cosas que pueden sucederte es comenzar a bucear, verás cómo tu vida cambia positivamente de manera rápida.  

Comienza aquí tu aventura  

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