Cómo realizar un descenso seguro
Hoy te hablaremos de Cómo realizar un descenso seguro para que puedas disfrutar plenamente tu primera inmersión con nosotros.
El buceo es un deporte tan seguro como tan preparado, te encuentres para hacerlo. Ciertamente, una práctica fiable requiere de cuidar una serie de factores como la respiración, la flotabilidad y especialmente ser precavidos en el descenso y ascenso.
Tanto la inmersión como el salir a flote requieren una ejecución paulatina y controlada. En esta ocasión, nos enfocaremos en el descenso y las claves que te sugerimos seguir para disfrutar tu nueva aventura como buceador, como buceadora.
La presión atmosférica
La presión atmosférica hace referencia a la fuerza que ejerce el aire sobre nuestros cuerpos o una superficie determinada. A nivel del mar, la presión atmosférica es de una atmósfera*.
Cuando nos sumergimos debajo del agua, aumenta la presión, a una proporción de 1 atmósfera por cada 10 metros bajo el agua. Es decir, si el descenso es a 10 metros, nuestro cuerpo estará sometido a dos atmósferas, y al llegar a los 20 metros, la presión es de tres atmósferas y así sucesivamente.
El cuerpo humano está formado de tejidos y agua, pero también tiene espacios de aire como los oídos, los pulmones y los senos paranasales. La presión atmosférica se experimenta significativamente en esos lugares y, de no gestionarla adecuadamente, puede causar molestias, dolor, e incluso algún traumatismo.
Compensación
Un descenso controlado y paulatino evita que la presión atmosférica nos ocasione daños, como un barotraumatismo, ya que hemos permitido que el cuerpo se adapte, poco a poco, a la presión. La maniobra de compensación de oídos es imprescindible para igualar la presión exterior e interior del oído y evitar lesiones al descender.
El método más utilizado en el aprendizaje del buceo es la maniobra Valsalva: pinzar la nariz con los dedos y soplar suavemente hacia ella con la boca cerrada, lo que dirige el aire de la garganta a los espacios aéreos de los oídos y senos.
Diferentes estudios han demostrado que la realización de la maniobra de Valsalva requiere un 50 por ciento más de fuerza cuando la cabeza está más baja que los pies. Por lo que la recomendación es hacer un descenso en posición vertical.
En caso de que haya dolor de oídos, es importante no seguir bajando. Debemos relajarnos, subir un poco, compensar sin forzar, tardar el tiempo que sea necesario hasta que se oiga un ¡pop! con la compensación y, ahora sí, seguir bajando, despacio.
Cómo realizar un descenso seguro
Comenzar el descenso requiere de tener un buen lastre o cinturón con peso que ayude a sumergirnos. Luego, habrá que desinflar el BC o chaleco para tener un leve descenso. Genera una exhalación que impulse la bajada y permita empezar el descenso controlado (recuerda el principio de Arquímedes).
- Recordemos que para facilitar la compensación es recomendable bajar totalmente en vertical con los pies por delante.
- Es recomendable mirar hacia abajo mientras se desciendo. De esta forma se evita arrollar a otros buceadores, pero especialmente se distrae la intención de mantener los pulmones llenos y dejar de respirar.
- A continuación, hay que flexionar ligeramente las rodillas para recoger las aletas hacia la parte posterior de las piernas. De este modo, evitamos que las aletas frenen el desplazamiento hacia abajo y también aletear instintivamente.
- Esperamos que el chaleco desinfle para comenzar a descender lentamente y así adquirir una posición horizontal relajada. Si no se espera a que el chaleco desinfle, no saldrá más aire del mismo y dificultará el descenso.
- En seguida, empezamos a caer lentamente en forma horizontal. Una vez en esta posición, la velocidad se incrementa por la compresión que genera la presión sobre el traje y las cavidades aéreas del cuerpo. Para disminuir la velocidad se puede inflar un poco el chaleco.
- No hay que olvidar compensar cuantas veces sea necesario.
¿Existe una velocidad ideal para el descenso?
No hay una velocidad de descenso, para algunos es de 15 metros por minuto, para otros de 20 metros por minuto, pero la realidad es que a velocidad debe ser la que mejor nos dé la compensación de los oídos y cavidades aéreas del cráneo.
Considera: No descender con los pulmones saturados de aire y aguantando la respiración, lo cual no solo dificulta el descenso, sino que infringe la ley primera del buceo: Nunca aguantar la respiración.
*Unidad de media de presión atmosférica.