4 Claves de liderazgo en el buceo
Estas 4 Claves del liderazgo en el buceo nos advierten de mayores transformaciones que nos brinda esta práctica en la vida cotidiana.
Por más pasión y disfrute que nos despierte el buceo, estar bajo las aguas es un desafío para el organismo y la mente también. Hasta el más experimentado puede toparse con situaciones que detonen sus alarmas y deba reacción con rapidez antes de que el pánico lo controle.
Siempre existe la posibilidad de enfrentar imprevistos y ante ello es necesario saber guardar la calma, que no estás solo y tener un plan B. Bajo el agua puedes desarrollar habilidades que, lo mismo, te preparan para ser un gran buceador como para ser un líder.
4 Claves de liderazgo en el buceo
Te contamos qué competencias consideramos útiles para el buceo y el liderazgo.
Mantener la calma
Cuando, al bucear, nos topamos con la adversidad, lo último que debemos hacer es salir huyendo. El primer impulso sería apresurarse a la superficie para librar cualquier riesgo; pero eso es correr aún mayor peligro: mantener la calma es la respuesta para todo. Hacerlo nos permite enfrentar el problema acertadamente.
Igualmente, en la vida laboral, la calma es la primera táctica a considerar. Esta nos mantiene con la cabeza fría y capaz de responder mejor que si lo hiciéramos de forma reactiva.
Responder ante la dificultad
Conservar la calma frente a los problemas nos hace capaces de responder a la dificultad de forma propicia y alcanzar soluciones más eficaces. Así se puede tener claro el panorama completo, definir necesidades, planear estrategias, dar soluciones.
Tanto en el buceo como la vida estar tranquilo y concentrado nos deja tomar la mejor decisión. Saber cómo realmente responder a la presión y que lo urgente no eclipse lo importante.
Tener un plan
Un buceador no amanece con ganas de tirarse al agua y ya. Siempre se hace un plan: se define el lugar, las posibles corrientes, la profundidad, se prevén obstáculos y el tiempo que pasará bajo el agua, acorde a las condiciones imperantes. Igualmente, se definen los puntos de referencia, para hacer el recorrido y no perderse.
Igualmente, al emprender un proyecto laboral o negocio, se requiere un plan sólido que marque el rumbo. Se definen objetivos, se consideran los contratiempos, se marcan metas, se evalúan resultados, etc. De esta forma se reducen las posibilidades de que un evento inesperado perjudique al equipo.
No ir solo
Un buceador nunca va solo a las profundidades, al menos debe llevar un compañero; aunque se suele ir en grupo. En la inmersión, cada buzo ocupa un lugar en formación, desde los más experimentados a los menos experimentados; unos se cuidan y se comunican entre sí. Son equipo y van siempre juntos.
Bucear en equipo requiere entrenamiento y perseverancia en las buenas prácticas, requiere dejar de pensar solo en uno mismo y pensar también en los demás.
Qué más se puede esperar de un grupo de colaboradores sino que, de igual modo, sean equipo. El buceador sabe ser aliado y formar equipo, sabe guiar y ceder lugar a los más experimentados. Un buen líder tiene conciencia de cuál es su sitio y nunca deja atrás a los suyos, cuida de su equipo. Así es como crecen las organizaciones exitosas.
Además, alguien que practica el buceo es capaz de:
- Enfrentarse a los desafíos con éxitos, de ello depende su vida en muchas ocasiones.
- Respetar el entorno e integrarse al grupo con asertividad.
- Salir de la zona de conforta y adaptase rápidamente a los cambios.
- Estar alerta y atento a lo que los demás requieren.
- Comunicarse eficientemente y responder a las necesidades de su equipo.